Tal como Sándor Ferenczi apunta en su trabajo “Confusión de Lenguas”, un grave ejemplo de narcisismo parental es cuando los padres violan los límites que diferencian la pasión adulta de la ternura infantil. Tal como el autor afirma, el padre o madre fracasa absolutamente en reconocer quién es su hija o hijo y qué es lo que necesita.
Estos padres narcisistas provocan que los niños a su cargo se vuelvan
incapaces de un sentido de validación que no sea el de intentar ser un objeto
gratificante para el otro.
El padre de Anna encajaría en la descripción de Daniel Shaw como
narcisista traumatizante: aquel que busca hegemonía para su subjetividad con el
propósito de control y aprovechamiento. Este aspecto sádico y abusivo del narcisismo
se deriva de la creencia, muchas veces sostenida inconscientemente, según Shaw, “de que la subjetividad del otro, independiente y separada, es una amenaza para
la supervivencia, literal o figurada, de la propia subjetividad; y de que el
otro, por tanto, debe ser capturado y controlado”.
Anna escapa varias veces a lo largo de la historia. Reconoce que debe hacerlo para sobrevivir y dejar de sufrir la cosificación y
el sadismo que el padre narcisista traumatizante ejerce sobre ella. De hecho,
es la amenaza más visible que Anna detecta en un hogar en el que reina la
confusión para beneficio de sus padres.
Para saber más:
Shaw, Daniel (2013). Narcisismo traumático. Sistemas relacionales de subyugación. Gradiva.
Testimonio superviviente: Surviving Generational Abuse with Kimberly Shannon Murphy | Season 2; Ep 11
